martes, 27 de julio de 2010

Atenas. Rentabilizando las horas


De la única manera que nos ha sido posible llegar a Atenas en vuelo directo a un precio razonable (Vueling Barcelona Atenas, 3 horas, 250€ ida y vuelta) es llegando a horas intempestivas. Lo bueno que tiene el aeropuerto de Elefterios Venizelos es que rebosa actividad las 24 horas del día. Tanto a la ida como a la vuelta hemos podido encontrar todos los servicios abiertos.El mayor inconveniente es la distancia con el centro de la ciudad, a más de media hora por la noche, no queremos ni imaginarnos esa distancia en hora punta, por lo que lo más aconsejable es desplazarse en metro. La línea 3 nos acerca hasta la Plaza Syntagma, kilómetro cero de la capital griega. Nosotros optamos por la opción de desplazarnos en autobús tras desestimar la posibilidad del taxi. Muchos taxistas no acaban de tener claro en qué consiste un taxímetro y dudamos que conozcan su funcionamiento, además de que tampoco se ponen de acuerdo con el precio de una misma carrera y se prestan mucho al redondeo a la alza; la ciudad es inmensa por lo que también intentan aprovecharse de la confusión de los turistas para sacar más recorrido a sus trayectos. Por estas razones, y porque realmente aunque lo pagues no vas a recibir un servicio de calidad, desaconsejamos la utilización del taxi siempre que se tengan otras posibilidades.
El autobús que nos lleva hasta Plaza Syntagma es el número 95 (40 minutos, 3.20€). Si nuestro destino es el puerto de Pireo, entonces tendremos que coger el número 96 (1 hora, 3.20€), el metro también llega hasta allí. La frecuencia de paso de los autobuses es de cada media hora durante toda la noche.
En la plaza Syntagma, cada hora se puede ver el cambio de la guardia ante el monumento al soldado desconocido en frente del Parlamento. Losevzones, con sus típicos atuendos, deben soportar el continuo asedio de los turistas ansiosos por sacar la preciada instantánea. Para nuestra desgracia no podemos ver el cambio de la guardia puesto que justo está amaneciendo, así que mejor será llegar cuanto antes al hotel para poder descansar al menos unas horas y afrontar así la visita a la Acrópolis de la mañana siguiente con mejor estado.
Nos hospedamos en el Athens Backpackers, situado a los pies de la Acrópolis junto a la parada del metro que lleva el mismo nombre. Se trata de un alberge de mochileros, donde se puede encontrar desde habitaciones compartidas a precios muy razonables, a estudios con cocina y salón para 2 o más personas. Para pasar unos días en la ciudad se trata sin duda de una muy buena opción puesto que la localización es inmejorable y además disponen de lavandería, consigna, bar o wi-fi en sus habitaciones, servicios que hacen su estancia más cómoda a los viajeros (1 noche en un estudio con baño, sofa, cocina y dos camas con desayuno incluido por 95€).
Las terrazas de las cafeterías de la calle Makrygianni empiezan a llenarse desde primera hora. Es una buena manera de coger fuerzas para emprender el ascenso hacia la Acrópolis. Dejamos las edificaciones atrás, y el suelo de mármoles y piedras perfectamente cortadas y dispuestas nos marcan una senda entre los olivos para finalmente conducirnos a la entrada al recinto (apertura a las 8 a.m. Entrada 12€, gratuita con carnet de estudiante).

Una vez cruzamos la Puerta Beulé y ascendemos por las escaleras, el Templo de Atenea Niké nos sorprende en frente y nos obliga a tomar un recorrido zigzageante hacia los Propileos. Superados los amplios escalones que hay hasta su llegada, al atravesar la zona cubierta nos sorprende a lo lejos la silueta del Partenón coronando la cima de la Acrópolis. Desde los miradores, la ciudad de Atenas aparece apabullante, inmensa, descomunal. Se pierde en el horizonte y la percibimos bulliciosa y caótica. Rodeando el Partenón encontramos las huellas de los templos no conservados y nos entretenemos observando las cariátides soportando el porche este del Erecteión.


Dispuestos a emprender el descenso por el lado norte de la Acrópolis, nos adentramos en el entresijo de callejuelas que componen el barrio de Plaka, donde podemos observar que pese a la gran urbe en la que se ha convertido hoy en día la ciudad, sigue guardando el carácter de pueblo griego donde los habitantes toman la calle como prolongación de sus casas y son habituales las conversaciones entre vecinos a media tarde o el desarrollo de trabajos artesanales junto al acceso a sus viviendas. Aunque si reducimos el paseo al trasiego sólo por las calles principales del barrio, lo que nos encontraremos será sólo la multitud intentando avanzar entre las mesas de los restaurantes y los expositores de las tiendas de suvenires. Como fondo de perspectiva de muchas calles, se yergue la imagen del Partenón como templo reservado para los Dioses por encima de la ciudad.

Los barrios de Plaka y Monastiraki son el lugar preferido por los turistas para comprar sus recuerdos. El inmenso mercadillo al aire libre en lo que se convierten cada día es sin duda un rescoldo palpable del pasado turco de la ciudad; no en vano Atenas fue territorio otomano entre los siglos XV y XIX, logrando la independencia del país en 1830.

Después de comer nos adentramos en el Nuevo Museo de la Acrópolis (junto a la parada del metro de Acrópolis, entrada gratuita con el carnet de estudiante) para poder ver los restos auténticos de la Acrópolis que se conservan y no fueron expoliados por Lord Elgin. El edificio de reciente construcción es obra del arquitecto francés Bernard Tschumi, y entre un número elevado de espléndidas esculturas que en su día decoraron el recinto, también se exponen las cariátides originales.

El museo, en una primera impresión da la sensación de que se encuentra fuera de escala y uno no halla justificación al giro que se produce entre sus dos grandes cuerpos superpuestos uno encima del otro. Pero tras su recorrido interior, podemos observar que la pieza superior reproduce la orientación y proporciones exactas del Partenón, elevándose sobre la otra pieza como si de la colina natural se tratase. Las 8 columnas en su lado corto por las 17 del lado largo también se reproducen en el nuevo museo, aprovechando así para poder exponer de una manera ordenada todo el material arqueológico recuperado (en cuento a metopas y triglifos), así como las figuras del frontón principal que también se hallan expuestas.

1 comentario:

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