miércoles, 23 de septiembre de 2009

Matosinhos / Leça da Palmeira. Oporto

Momentos junto al Atlántico

CASA DE CHÁ/RESTAURANTE BOA NOVA
Tras abandonar el aeropuerto y de camino hacia Oporto, decidimos antes de entrar en la ciudad tomar el desvío hacia Matosinhos para poder ver el Océano Atlántico y empezar también a tachar nombres del listado de “cosas que ver”. Fue una visita que añadimos a última hora al concretar que tendríamos vehículo con el que desplazarnos (buena idea ésta, sobretodo porque los precios de alquiler de coches son muy asequibles), pero sin duda se alzó con la posición número uno en el ranking de momentos inolvidables del viaje.
Divisar la inmensidad del mar junto a las pequeñas playas de arena y grandes explanadas rocosas, vislumbrar el faro al final del paseo, alcanzarlo y detrás de él, junto a un terraplén rodeado por rocas y una ermita, ver dos muros blancos junto a una cubierta de tejas disimulada entre el paisaje: la casa del té y restaurante Boa Nova.








Una vez despojados del coche, nos atrevemos a andar hasta el acceso principal de esta obra maestra de Álvaro Siza, a través de las pequeñas terrazas que se generan en los giros de las escaleras, una perfecta promenade architecturale o más bien paisajista puesto que el edificio todavía se esconde. Resguardados ya al fin por el alero de entrada, observamos tras nosotros la vista hacia las playas y rocas, sirviendo la inclinación de la cubierta para ocultar las edificaciones. Abrimos la puerta y encontramos al fondo, después de las escaleras, dos maravillosos cuadros que enmarcan el mismo océano. A la izquierda, la sala de té que bien se presta también para un aperitivo, y a la derecha, el comedor.
El encargo del restaurante fue cedido por el arquitecto y mentor Fernando Tavora al joven Siza hacia el año 1963. Pese a ser una de sus primeras obras, nunca ha dejado de ser una de las mejores, totalmente atemporal, como si de una construcción contemporánea se tratase.
El día fue un acierto, aunque puedo garantizar que no se debe estar nada mal sentado bajo sus techos en un día de lluvia o al atardecer con la puesta del sol.
La comida un placer para los sentidos. Los platos son generosos, muy generosos mejor dicho. Una ración realmente es para dos, y se puede compartir perfectamente puesto que te sirven junto a una mesa supletoria donde se apoyan las fuentes con la comida y guarniciones. Nunca te faltará bebida en la copa, el mínimo esfuerzo para poder así degustar mejor los platos y disfrutar de las vistas. La especialidad, todo tipo de bacalao (asado, con verduras, al estilo Boa Nova que consiste en cubrir el bacalao con una ligera capa de mahonesa). Acompañado con un buen vino verde de la zona, con café y algo dulce, no te tocará pagar más de 30 euros por persona. Un verdadero lujo.








Después de comer, vale la pena rodear la pequeña ermita colindante y subir hasta lo alto de la roca para contemplar todo el frente marítimo de Leça de Palmeira y Matoshinos. Destaca también la intervención que el mismo Siza realiza más hacia el sur y por la misma época, que consiste en unas piscinas enclavadas entre las rocas junto al mar, una manera de intervenir en el paisaje para adecuarlo a la escala humana sin apenas intervenir en él y no agredirlo. Este paisaje es en el que se crió el propio arquitecto, y en ambos proyectos prima la idea de potenciarlo y de interactuar con él para el disfrute del visitante. Destacar entre otros el detalle de las ventanas del restaurante que se deslizan en sentido vertical descendente para abrirse, de manera que tenemos una visión continua del techo que se funde con el horizonte para que el paisaje se convierta en el material de cerramiento del edificio. El cuidado en la elección y diseño del mobiliario consigue envolvernos en un espacio unitario y coherente, que nos hace sentir confortables cuando lo habitamos. A media tarde cogemos de nuevo el coche para seguir bordeando la costa y llegar hasta la desembocadura del Duero. Rio adentro empezamos a divisar los puentes que comunican ambas orillas. Después de la puesta del sol, ya nos atrevemos a entrar a la ciudad. Como si de unos navegantes del siglo XV se tratase, hemos conquistado Oporto, a través del mar.

Casa de Chá / Restaurante Boa Nova
Leça da Palmeira, Portugal
(+351) 22 9951785





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